martes, 27 de abril de 2010

Desarrollo Afectivo Social:


En lo concerniente al Objeto libidinal, se puede decir que los niños de esta edad se encuentran en la "etapa fálica" de Freud, cuyo placer y conflicto está relacionado con los órganos genitales. La relación de los niños con los genitales tiene que ver con el placer y con su significado para distinguir los sexos. Los niños a los 3 años se miran, tocan y buscan, son tremendamente curiosos. Los niños fantasean y buscan explicar fantasiosamente aspectos de la realidad. Para Erikson los niños de esta edad se encuentran en la etapa llamada "Iniciativa versus Culpa", los niños son activos, la modalidad de ellos es siendo curiosos, intrusos, la palabra que mayormente los representan es el "por qué".

Si al niño se le refuerza la iniciativa se orienta cada vez más al objeto, en cambio si se castiga la iniciativa se le provoca un sentimiento de culpa.En lo referente a los impulsos los niños se encuentran en los llamados "impulsos espontáneos", ya que los niños tienen un afán de posición a nivel de las cosas y de las personas. El niño exige y necesita gran cantidad de atención y no tolera compartir las personas que él quiere.En relación a los sentimientos existen dos tipos uno es el del propio poder donde el niño siente deseos de poseer objetos y personas.Adquiere un saber afectivo, de lo que puede y no puede hacer y también de su valor personal a través de la relación que establece con los demás, en el experimentar la aprobación, la admiración y el castigo. El otro tipo de sentimiento es el de inferioridad, el niño es muy sensible a las reacciones que tienen los adultos, se puede sentir muy orgulloso o muy avergonzado si lo retan, en esta etapa está consiente de que debe hacer muchas cosas que no entiende, que es dependiente de los mayores.Los sentimientos son más duraderos y diferenciados y se centran en las relaciones familiares. Quieren mucho a los padres y les expresan su afecto con exageraciones, tienen celos y envidia de sus hermanos y se alegran cuando son castigados.En cuanto a la voluntad se capacita al niño para disciplinar su conducta externa, del modo que se ajuste a las normas y reglas de sus semejantes. La voluntad en esta edad se hace más fuerte. Mantiene las elecciones durante más tiempo. Se concentran en lo que está haciendo, comienzan a escuchar relatos más extensos. Otro punto que se debe tener en cuenta es la formación del yo, el niño se convierte en objeto de vivencias, se vuelve consciente de sí en su encuentro con el mundo y en su actividad en él. Aun el niño en esta edad no tiene conciencia de identidad y de simplicidad no reflexiona sobre su yo.El niño experimenta frente a las cosas su propio poder y su impotencia, por este medio encuentra paulatinamente el camino para llegar a su yo. La conciencia del yo no aparece de repente, es el resultado de un lento proceso de conformación del nosotros hacia la consecución de un yo y de un tú. Antes de que el niño tenga una conciencia unitaria del yo pasa por disponibilidades calificadas como el “yo social” y el “yo activo”. El yo social se desarrolla con otras personas y es portadora de sentimientos de simpatía y antipatía. El yo activo se desarrolla a partir de la relación con los objetos y se verifica en forma de juego, por tal razón el yo lúdico es la forma más importante del yo activo en esta etapa. Existen variados mecanismos de defensa a lo largo de nuestra vida y los usados por los niños es la negación, el niño se empeña en que un suceso o situación provocadora de ansiedad no es verdad y cree que la negación es exacta. Por ejemplo una niña a quien su papá a retado y rechazado puede negar que está enojada e insistir en que su padre la quiere y que ella lo quiere a su vez. Algunos niños que han sido rechazados por sus familias niegan que estas personas sean sus padres verdaderos y afirman que son adoptados y que sus verdaderos padres los aman. En la represión el niño no es consciente del pensamiento atemorizante o doloroso. Otro mecanismo de defensa es la proyección y el desplazamiento en los cuales se reconoce los sentimientos e impulsos inaceptables, pero son atribuidos a otras fuentes. Por ejemplo la proyección consiste en atribuir un pensamiento o acción indeseable a otra persona, cuando en realidad el pensamiento o la acción parte de uno mismo.El argumento es: ella comenzó la pelea, yo no fui”, es uno de los ejemplos más comunes de proyección en los niños pequeños. En el desplazamiento el niño tiene la respuesta emocional apropiada, pero no le atribuye a la fuente correcta. Por ejemplo le tiene miedo a un tío y se lo atribuye a los leones. Otro mecanismo de defensa es la huida, es el más común entre los niños; es la evitación directa de situaciones o personas amenazantes. Los niños bajarán los ojos o correrán a esconderse en su dormitorio cuando un extraño entra a la casa; se negarán a acercarse a un grupo de niños desconocidos a pesar de su deseo de jugar con ellos; no se animará a entrar a un gimnasio si tienen dudas sobre su capacidad atlética. El uso de la huida como un mecanismo de defensa puede ser peligroso para el desarrollo del niño, ya que la tendencia a la huida se hace más fuerte cada vez que el niño practica esta conducta, y por eso el niño que se niega a enfrentarse a situaciones de tensión a la larga podrá tenerle miedo a todos los problemas y nunca aprenderá a manejar las crisis que son inevitables en el transcurso del desarrollo. La regresión es otro tipo de mecanismo de defensa y consiste en que un niño recurre a una conducta que era característica de una etapa anterior del desarrollo. La regresión ocurre a menudo con la llegada de un nuevo bebé. El niño mayor puede comenzar a chuparse el dedo o a mojar la cama, en un intento por huir de la situación presente provocadora de ansiedad, hacia un estado menos ansioso de la infancia.Con la adopción de conductas infantiles, el niño intenta captar la atención y retener el amor y los cuidados de sus padres.En relación a los conflictos en esta etapa uno de ellos es que los niños de 3 años están centrados en los órganos genitales. La relación que tienen los niños con los genitales tiene que ver con el placer y con su significado para distinguir los sexos. Otro conflicto que puede presentarse en esta edad son los complejos de Edipo y Electra.Otro punto importante dentro de este ítem es la socialización, en esta edad es un conocimiento basado aún en características externas y aparentes, más que en otras menos evidentes y que implicarían complejas operaciones de inferencias o una experiencia extensa, que aún no puede tener, en situaciones sociales. Cuando describen a las personas que conocen, las caracterizan sobre la base de rasgos externos tales como los atributos corporales, sus bienes o su familia y, más raramente sobre la base de sus rasgos psicológicos o disposiciones personales. Sus inferencias acerca de los sentimientos, pensamientos, intenciones o rasgos personales de otros tienen aún un carácter global, poco preciso y poco afinado: Por ejemplo son capaces de decir que otro niño se sentirá “mal” tras ser castigado, pero especificarán si será tristeza o ira, o dirán que otro niño es “bueno”, pero no que es “servicial” o “amable”. Mientras más familiares sean las situaciones en las que se encuentran, más sencillo les resulta inferir las características de otros y adaptar a ellas su comportamiento. Los niños pueden comprender los sentimientos de un hermano que ha sufrido una caída, pero difícilmente comprenderán los de un adulto cuando ha sido despedido de su trabajo. También puede decir de otro niño que es “bueno” y a continuación “que no le presta los lápices”. Cuando su propio punto de vista está implicado en una situación social, en ocasiones van a tener dificultades para diferenciarlos del de los otros , dando muestras de una cierta indiferenciación o egocentrismo, o, en caso de diferenciarlas, no serán aún capaces de manejarlas simultáneamente.
En lo concerniente a disciplina obediencia se da la etapa de Piaget llamada “del egocentrismo”, que se refiere a una actitud cambiante en relación a las reglas que rigen el comportamiento. Las reglas cambian de acuerdo a las necesidades, deseos, intereses del niño. El niño imita a los adultos, pero sin conciencia, reproduce los movimientos, las conductas, ideas de otros, pero sin darse cuenta de lo que hace. El niño confunde el “yo” y el “no yo”, no distingue entre el otro y la actividad de sí mismo. El niño puede tomar dos actitudes una es “conformista”, es decir, reglas impuestas por los adultos actúa como si fuesen voluntad de él mismo, aún cuando sea voluntad de otro. El niño se conforma con lo que le dicen los adultos porque ellos son los que ponen las reglas. Otra actitud es la “inconformista”, es decir, resiste a la voluntad del otro. Los niños necesitan un ambiente ordenado reglado con horarios y rutinas. Los niños no se conforman con lo dicho o con la regla impuesta por los otros. En lo referente a autoestima – concepto de sí se puede decir que los niños de esta edad tienen que enriquecer la primera imagen de sí mismo con características y atributos que sirvan para definirse a uno mismo como persona con entidad y características propias diferenciadas de los demás. Los niños tienen tendencia a describirse en base a atributos personales externos, cuando pedimos a niños que se definan a sí mismos suelen hacerlo en términos de “Soy un niño que juega a la pelota” “soy una niña que sabe leer”, “soy alto”, “soy una niña que se llama Ana”. La autonomía, a diferencia del autoconcepto implica una orientación afectiva que puede evaluarse como positiva o negativa. En lo que concierne a identificación sexual para los niños es masculino aquello que presenta determinados rasgos externos masculinos y es femenino lo que presenta los rasgos correspondientes femeninos. Por ejemplo si se utiliza un muñeco con pelo esteriotipadamente femenino y vestido con falda, pero con genitales masculinos, los niños tienden a sostener que se trata de una muñeca (en femenino), a pesar de la evidencia contraria aportada por los caracteres sexuales primarios masculinos. En esta edad los niños son tremendamente curiosos en lo referente a lo sexual, se miran y se tocan, se están descubriendo mutuamente. Por último llegamos al desarrollo moral, Piaget ubica a los niños de esta edad en la moral de la “obligación o heterónoma”, la característica es lo unilateral hacia los mayores, depende de lo que los padres o adultos digan porque la moral es obligatoria. Las normas u ordenes son incuestionables. Se habla de realismo de la norma, toda forma de obediencia ciega es característica de esta etapa. El niño hace caso de las reglas porque son impuestas por el adulto. Los niños también se ubican en la toma perspectiva egocéntrica que se caracteriza por que el niño puede descubrir emociones sencillas en las otras personas, pero confunde su propia subjetividad con la de otra persona. El paso de esta etapa está determinada por la capacidad de enunciar una norma.

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